domingo, 24 de abril de 2016

Solo conmigo, sola contra mi.

Los ruidos de mi cabeza no me dejan dormir
y apenas recuero la última vez que desperté,
pero es imperturbable el silencio de la soledad
                                  con uno mismo,
son irrompibles los diques de la sinrazón.

Y estoy solo conmigo
pero sola contra mí.

Acabo muerta cada vez que me enfrento a mis fantasmas
y este no saber si me vencen luchando
o si me dejo ganar por cansancio
derrota cualquier amago de abandono.
Preferiría ver la cara a mi miedo:
es mil veces peor vivir con el temor de encontrarla.

Son inútiles mis trampas:
combatir el miedo a caer
no se hace luchando desde el suelo.
¿Pero cómo me voy a levantar
si la mano que se muestra tendida
es la misma que me retiene?
¿Quién me tiende
y quién me tiene?
¿Quién me entiende?

El mundo es un engaño
para quien no sabe jugar
y yo solo confío en los confiados
porque son los únicos que no creen en la mentira
-porque ni yo lo hago-.

No envidio a quien no tiene motivos para llorar,
agradezco a la nube que se vació sobre mi cara
esta pena pausada,
se ver el gris del arco-iris
igual que sé poner color a las pesadillas
pero aún no sé cómo cerrarme los ojos,
me anestesia todo lo que duele
y eso es algo que nunca comprenderé
pero he suspirado agua por los ojos viendo el mar
y creo que lo entiendo.

Solo me valoro en otras bocas;
me canso de los espejos
y de las orgías de palabras vacías,
olvido todo lo que no fue capaz
de romperme y reconstruirme en un mismo golpe,
empatizo con todo aquel que acumula
                             bocetos incompletos
porque mi vida también fue una mancha negra
                             en un lienzo blanco,
-pero entonces alguien me llevó a un museo
 y me llamó arte-.

quizá solo se trate de encontrar a quien te sigue mirando
cuando tu cierras los ojos.

Y escribo, escribo, escribo,
escribo para que mis ruidos no me cieguen.
Escribo, escribo, escribo,
escribo para dar al silencio una excusa.
Escribo, escribo, escribo,
escribo para repetirme que todo está vivo.
Escribo, escribo, escribo,
escribo para enseñarme todo lo que desconozco
                             de mí misma,
todo lo que no quiero terminar de conocer.
Escribo, escribo, escribo
escribo para el día que no me mires no
                            quieras marcharte,
para que el día que quieras irte lo hagas sin dudar.
Escribo, escribo, escribo,
escribo porque la música es suficiente y yo soy
                            persona de excesos.
Escribo, escribo, escribo,
para nunca saciar este hambre de todo lo que
                            se vacía con nada.

Escribo, escribo, escribo,
No dejo de escribir.
No quiero morir.

(Y es que aquí dentro solo late un pensamiento:
qué será de mí cuando descubra
que las palabras también son mentira).


Elvira Sastre

sábado, 23 de abril de 2016

Falsas promesas.

Me prometiste que te quedarías, me prometiste que jamás me harías daño. Aprendí a quererte y me arrepiento, me arrepiento lo suficiente como para saber que fuiste el mayor error de mi vida. Muchas noches recuerdo aquellas falsas promesas que me decías una y otra vez en bucle, hay noches en las que duele y noches en las que simplemente me rio, solo depende de mi estado de ánimo. Deberíamos habernos besado hasta gastarnos los labios en vez de mentirnos el uno al otro, ahora aquellas estúpidas palabras que antes lo significaban todo ahora no significan nada. Cuando dejamos de besarnos de un día para otro me dí cuenta de que todo iba a ser mejor así. Todo salió mal, porque nuestro primer error fue hacernos falta y luego nos necesitamos. Fuiste un atentado en medio de mi vida.

domingo, 17 de abril de 2016

El amor, esa cosa tan vomitiva.





El amor


Todo el mundo alguna vez ha intentado buscar el amor por muchos medios. Lo que creo es que demasiadas personas están obsesionadas con encontrar el amor. El amor es algo que aparecerá si tiene que aparecer porque es algo que no se tiene que buscar. Y en el caso de que no aparezca morirás rodeado de lindos gatitos.

Bueno, el caso es que no entiendo porque tantas ansias por encontrar el amor, la mayoría de las personas lo ven como algo maravilloso y NO lo es, por ejemplo, en la gran mayoría de películas te pintan el amor como si fuera lo mejor que te pudiera pasar. En los libros también te pintan el amor como algo fabuloso, hay libros en los que romantizan muchísimo las relaciones tóxicas. Pero ese ya es otro tema.

En resumen: El amor es puta mierda xd.

martes, 5 de abril de 2016

"Todo corazón deja de latir en la vejez"


             Tras pintar un corazón en un papel mi más mejor amiga Pem me ha hecho reflexionar con esta frase: "Todo corazón deja de latir en la vejez." ¿Deja un corazón dibujado de latir? Una persona muere cuando su corazón pronuncia su último latido, un corazón deja de latir cuando muere un sentimiento.


             Todos hemos dibujado alguna vez un corazón en un papel, en una agenda, en una  mesa, ... transmitiendo  así  cuando  nos  gustaba  alguien  y  llamarlo  amor.  Al  final  todo  termina  pasando  y  esos  amores  infantiles  y  no  tan  infantiles  desaparecen  con  el  tiempo,  pero  ¿alguien  se  ha  preguntado  que  es  de  esos  corazones  olvidados  entre  mares  de  garabatos  sin  sentido?  Ese  corazón  que  en  su  momento  albergaba  tanto sentimiento  y  que  por  una  circunstancias  o  por  otras  se  vuelve  carente  de  sentido,  se  vuelve  mas  que  una  línea  que  dejo  de  ser  recta  para  dar  lugar  a  una  forma  inerte.  Eso  seríamos  nosotros  sin  sentimientos,  formas  inertes,  marionetas,  con  la  única  peculiaridad  de  que  se  nutren  y  respiran.  


             No  creo  que  un  sentimiento  pueda  llegar  a  morir  nunca  ¿no  se  dice  "donde  hubo  fuego  cenizas  quedan"?  Si  las  emociones  murieran  no  seríamos  quienes  somos,  porque  todas  y  cada  una  de  ellas  nos  construyen.  Sí  es  cierto  que  los  sentimientos  pasan  por  nuestra  vida  fluyendo  como  una  gota  de  agua  nacida  del  más  recóndito  manantial,  pero  no  creo  que  desaparezcan  para  siempre.  A  veces,  un  libro,  una  canción,  una  flor,  una  sonrisa, ... la  cosa  más  insignificante  que  os  podáis  imaginar  puede  hacer  aflorar  lo  sentido  y,  al  igual  que  la  primera  vez,  no  podréis  reprimirlo,  quizá  sea  hasta  aún  más  fuerte;  al  fin  y  al  cabo,  no  podemos  luchar  contra  nosotros  mismos,  aunque  la  mayor  parte  de  las  ocasiones  son  estas  nuestras  más  duras  batallas.  Con  esto  no  solo  me  refiero  al  amor,  en  las  personas  hay  mucho  más  que  eso,  como  la  amistad,  la  alegría,  el  miedo  o  incluso  el  odio,  siempre  estarán  ahí  y  puede  que  no  vuelvan  nunca,  igual  que  aparecer  de  forma  inesperada.  Las  personas  no  cambian,  los  sentimientos  las  cambian,  y  no  se  puede  hacer  nada  para  evitarlo,  lo  que  hoy  te  gusta  puedes  odiarlo  mañana  y  es  posible  que  ni  si  quiera  llegues  a  conocer  el  motivo.  Por  esto,  siempre  aconsejo  a  todo  el  mundo  que  se  deje  llevar,  que  no  piense  tanto  lo  que  sucede  a  su  alrededor  y  que  disfrute  antes  de  que  se  esfume  con  una  ráfaga  de  viento;  quizá  debería  empezar  a  aplicarme  mis  propios  consejos. 

             En  definitiva,  envejeceremos,  y  con  nosotros  nuestro  corazón,  pero  ese  garabato  que  tanto  significado  tuvo  para  nosotros  nunca  morirá,  quedará  para  siempre  en  el  recuerdo,  nuestro  corazón  dibujado  nunca  dejará  de  latir.