viernes, 11 de diciembre de 2015

Diario de un Incomprendido - Día 1

   Hoy he decidido empezar este pequeño diario que, casualmente, he encontrado enterrado entre las montañas de libros de texto y el cerro de papel que en mi habitación puede encontrar toda persona que entra. ¿Por qué? Pues si cuento la verdad no lo sé. Quizá para hablar moñeces (como en las películas) o quizá porque soy una persona tímida, y no encuentro otro modo de presentar mis sentimientos que no sea mediante las palabras escritas, afianzando mi seguridad sobre un papel, ya que, como dice el refrán, "Las palabras se las lleva el viento".

   Yendo al grano, mi vida es un desastre. Es un sendo agujero negro con un punto de inflexión: la amistad. Esa sensación de sentirte acompañado en cada momento (aunque a veces tu mente piense que en realidad lo único que hacen es aguantarte porque no queda otro remedio), y que cuando tienes un momento meláncolico por causas de diversa índole van corriendo a consolarte, o celebran contigo tus grandes celebraciones. Es un tesoro. Pero tal tesoro a veces, aunque no nos demos cuenta, pasa a ser de un diamante en bruto a un mísero trozo de carbón, que nos molesta y nos estorba, tanto que pensamos que la mejor solución es eliminarlo cuán dolorosa postilla en la piel.

    Muchas veces me siento como el carbón, aunque más bien no lo sea, sino que esté en una "Transición". Pero bueno, todo cambia según el momento, la situación y el grado de franqueza e hipocresía que haya en cada zona, y ello debería ser más o menos medido y controlado por nosotros mismos, para reconocer en qué momentos nos tratan como "diamantes" y en cuales como viles "trozos de carbón".

   Tras este rollo filosófico, querido diario, te explico mis penas. Pero hoy creo que ya te he contado más que suficiente. Mañana será otro día....


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